Pues bien. Azuzado verbalmente a la forzosa y vital necesidad moral de contar tonterías me encuentro aquí de nuevo. Y no sabéis de que modo...el mensaje ha merecido la pena. Me encanta ser un papanatas. Se hace saber que desde hace algún tiempo esta entrada lleva cobrando forma en mi alópecica-androgenética sien, pero creo que éste es el momento.
Se busca personaje que sepa contarme culturetadas. Se busca, desesperadamente, alguien que consiga hacerme sentirme vergonzosamente y estúpidamente inculto, que me enseñe que soy un cateto catatónico. Se busca erudito para refutarme cada una de mis palabras. Se busca pedante para serlo más que yo. Se busca cínico maquiavélico que demuestre lo equivocado que estoy en la vida, y que sus palabras y frases pisoteen las mías con unos sonidos mucho más amenos, cuando menos. Gracias a Dios, alguno he encontrado:
1. A exacmente 27 pasos desde que salgo de las cuatro paredes de insulation en las que vivo.
2. A, concretamente, 1214 kilómetros, pasando por el paso de Calais y apeandome luego en Folkestone, para luego tras realizar otra pléyade de millas llegar a la Imperial College de Londres.
Sin embargo, se buscan más. Los necesito.
Qué me haga creer que papanatas, rododendro, fenoménico, estupendástico, sensacional, dado a la briba, vil vellaco ladino y taimado, hugonote y pituitaria, entre otras, son paupérrimas palabras que nada tienen de graciosas. Que me enseñe muchas más.
Se busca, de nuevo, alguien que me arrastre. Que me de un empujón. Que me haga sentir que mi pesimismo crónico es un cubata medio lleno, que me explique que al fondo a la derecha tengo una barra entera para saciar mi sed, y bien fresquita. Se busca personaje que dentro de cinco meses, aproximadamente (tampoco me interesan las fechas concretas), me de un sobre en el que se cite que mis inquietudes son efímeras y me explique que dentro de poco estaré feliz de la vida criando tortugas en la Isla de Pascua, midiendo los kilómetros que el Guadiana juega al escondite, viviendo de reportero en Argentina, haciendo casas de lujo en San Francisco, estudiando en Thailandia. Se busca, y a esta persona sí que no la he encotrado.Que me asegure un futuro diferente y didáctico. Que me lleve a otras culturas y lugares de los que nunca he oído hablar.
Ah, sí! Se busca alguien que me explique por qué nieva en Dinamarca más que en el Círculo Polar Ártico. Alguien que me explique qué traman las palomas cuando se reúnen en grupo, porque algo traman. Que me explique por qué se nos quema el pan todos los días, por qué no ligamos más con lo guapos que somos. Se busca alguien que me cuente gilipolleces una y otra vez, curiosidades que aparecen en grupos de facebook y hacen que mi vida se sonría asímismo cuando me doy cuenta de todas las cosas graciosas que nos pasan y no nos damos cuenta. ¿Qué coño traman las palomas? ¿Por qué nadie se da cuenta de que "desayunar" significa "dejar de ayunar"? ¿Somos retrasados?
Se busca alguien que venga y me recuerde mi vida y quién soy, qué hice. Así aprenderé a ser más gracioso, más despreocupado. Más feliz.
No se busca gente que siga diciendo "delante tuyo". Capullos los tengo a cientos y me encanta corregirlos...¿qué sería de mí sin poder hacerlo?. Qué contento estoy de tener que hacerlo una y otra vez. Sin embargo...no sería nada sin vosotros, mequetrefes del román paladino.
Se busca a la temeridad que nunca se escapó de mis manos pues nunca llegué a tenerla. Se busca a la cobardía que aparece en los momentos más importantes, para pisotearla. Se busca al cabrón que un día decidió inventar el tetrabrik y me hace agujerearlo todas las mañanas para que no me vomite encima. Se busca a Zenón de Elea, ese sí que era un filófozo. Un maldito genio.
Se busca a la alegría eléctrica. Se busca a la amistad infinitamente dolorosa. Se buscan cielos color ciruela teñidos de cabellos dorados.
Busco, y esta vez hablo en primera persona del singular, alguien que vuelva mi vida del revés.
Yo sólo busco que me tiemblen las piernas.
Se busca personaje que sepa contarme culturetadas. Se busca, desesperadamente, alguien que consiga hacerme sentirme vergonzosamente y estúpidamente inculto, que me enseñe que soy un cateto catatónico. Se busca erudito para refutarme cada una de mis palabras. Se busca pedante para serlo más que yo. Se busca cínico maquiavélico que demuestre lo equivocado que estoy en la vida, y que sus palabras y frases pisoteen las mías con unos sonidos mucho más amenos, cuando menos. Gracias a Dios, alguno he encontrado:
1. A exacmente 27 pasos desde que salgo de las cuatro paredes de insulation en las que vivo.
2. A, concretamente, 1214 kilómetros, pasando por el paso de Calais y apeandome luego en Folkestone, para luego tras realizar otra pléyade de millas llegar a la Imperial College de Londres.
Sin embargo, se buscan más. Los necesito.
Qué me haga creer que papanatas, rododendro, fenoménico, estupendástico, sensacional, dado a la briba, vil vellaco ladino y taimado, hugonote y pituitaria, entre otras, son paupérrimas palabras que nada tienen de graciosas. Que me enseñe muchas más.
Se busca, de nuevo, alguien que me arrastre. Que me de un empujón. Que me haga sentir que mi pesimismo crónico es un cubata medio lleno, que me explique que al fondo a la derecha tengo una barra entera para saciar mi sed, y bien fresquita. Se busca personaje que dentro de cinco meses, aproximadamente (tampoco me interesan las fechas concretas), me de un sobre en el que se cite que mis inquietudes son efímeras y me explique que dentro de poco estaré feliz de la vida criando tortugas en la Isla de Pascua, midiendo los kilómetros que el Guadiana juega al escondite, viviendo de reportero en Argentina, haciendo casas de lujo en San Francisco, estudiando en Thailandia. Se busca, y a esta persona sí que no la he encotrado.Que me asegure un futuro diferente y didáctico. Que me lleve a otras culturas y lugares de los que nunca he oído hablar.
Ah, sí! Se busca alguien que me explique por qué nieva en Dinamarca más que en el Círculo Polar Ártico. Alguien que me explique qué traman las palomas cuando se reúnen en grupo, porque algo traman. Que me explique por qué se nos quema el pan todos los días, por qué no ligamos más con lo guapos que somos. Se busca alguien que me cuente gilipolleces una y otra vez, curiosidades que aparecen en grupos de facebook y hacen que mi vida se sonría asímismo cuando me doy cuenta de todas las cosas graciosas que nos pasan y no nos damos cuenta. ¿Qué coño traman las palomas? ¿Por qué nadie se da cuenta de que "desayunar" significa "dejar de ayunar"? ¿Somos retrasados?
Se busca alguien que venga y me recuerde mi vida y quién soy, qué hice. Así aprenderé a ser más gracioso, más despreocupado. Más feliz.
No se busca gente que siga diciendo "delante tuyo". Capullos los tengo a cientos y me encanta corregirlos...¿qué sería de mí sin poder hacerlo?. Qué contento estoy de tener que hacerlo una y otra vez. Sin embargo...no sería nada sin vosotros, mequetrefes del román paladino.
Se busca a la temeridad que nunca se escapó de mis manos pues nunca llegué a tenerla. Se busca a la cobardía que aparece en los momentos más importantes, para pisotearla. Se busca al cabrón que un día decidió inventar el tetrabrik y me hace agujerearlo todas las mañanas para que no me vomite encima. Se busca a Zenón de Elea, ese sí que era un filófozo. Un maldito genio.
Se busca a la alegría eléctrica. Se busca a la amistad infinitamente dolorosa. Se buscan cielos color ciruela teñidos de cabellos dorados.
Busco, y esta vez hablo en primera persona del singular, alguien que vuelva mi vida del revés.
Yo sólo busco que me tiemblen las piernas.