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Mientras tanto, enviando cartas desde la ciudad del viento

sábado, 17 de julio de 2010

...

Insúltame.
Odiame.
Dime todo lo bien que te has portado conmigo. Deja que ella me insulte y me ponga a parir, contándote y convenciéndote de que no merecías mis palabras.
Llora. Lamenta nuestro último encuentro hasta no poder expresarlo de ningún otro modo más que con lágrimas. Mátame.
Créete, en lo más profundo de tu ser, de que me equivocaba. De que las mías fueron de cocodrilo y de que no tenía justificiación para ponerme así. Odiame más aún.
Puedes decir que no tenía derecho ni vergüenza alguna. Copia mis letras.
Déjame, al fin y al cabo. Líbrame de este sufrimiento que creía superado.

Que yo estaré tranquilo.
Que yo estaré pausado.
Que yo, con la conciencia calmada y sabedora de haber hecho las cosas bien, trataré de dormir todo ese sueño que sé que no conseguiré.
Por que mi reacción fue más que inesperada, inexplicable.
Porque los recuerdos queman de un modo que nadie podría imaginar.

Porque no tenías derecho.
Porque era, más que nunca, mi decisión.

Gracias, por jugar conmigo sin pedirlo. Por aparecer cuando nadie te llamó, cuando nadie respondió a tus plegarias. Por hacer de tus deseos un juego de niños y plasmarlos en mensajes de botellas perdidas sin sentido. Por no haber madurado lo que debería estar ya caido.

Porque mis palabras tienen más de un sentido.
Gracias.

Por hacerme daño una vez más.

jueves, 8 de julio de 2010

Todo lo que empieza tiene su fin

Horsens, Erasmus 2009 - 2010.

Y como dice el título, llegó la hora de cerrar esta ventana de recuerdos que un día antes de empezar la aventura decidí escribir. Gracias, por seguirme, por animarme a no dejarlo de lado, por esperar con ilusión cada entrada y por vuestros comentarios, escritos o no, acerca de ellas. Por reiros de mí y reiros conmigo.
Sin embargo, y siempre para recordar, cuando tenga algo que contaros volveré a subir alguna entrada, aunque no prometo nada.
Fue un placer escribir para vosotros, amigos.
Un abrazo gigante desde la calurosa Zaragoza.

Os dejo aquí la carta que escribí estando en Sicilia, nuestra última parada.

Pam Pam, llaman a la puerta otra vez…

Vale, lo acepto, estoy obligado. Asumí un papel (sabéis que me encanta) hace mucho tiempo, y ahora no puedo dejarlo pasar así, sin explicaciones. Este erudito sin diploma y sin birrete, dotado de un título que no merece y orgulloso de ejercer de escribano en ocasiones contadas para deleite del respetable, está aquí de nuevo.

Sólo palabras ésta vez, como ya muchas otras veces otrora.

Sólo mentiras, que como ya dije una vez duran un año, sólo que éstas ya están caducas y llaman a la puerta, otra vez. Sólo promesas por cumplir plasmadas en esta partitura de la que desconozco la clave, aunque ya lleváis un año enseñándomela…quién pudiera poder contar con más tiempo, eh? Espero que entendáis el juego de palabras, pues aunque escuchéis y entendáis, no todo está delante vuestro . Ni de vosotros. Por cierto, Jodéos. Durante un año siempre estuve cagado de que alguien viniese y me corrigiese de la dichosa norma con la que tan pesado he estado siempre, pero el mismo Word me está corrigiendo con lo de delante vuestro. Jodéos, es mi minuto de gloria.

De verdad, ésto me cuesta, no soy nadie para mandaros escuchar, pero me encanta...siempre fue el mayor de mis pecados. El de Eider, por ejemplo, creo que fue correr en ropa de interiores por los pasillos sin percatarse del público. Cuántos silencios se callaron en estos casi once meses...eh? Cabrones cotillas…

Yo sólo os pido unos minutos más de ese silencio.

Y me meto en el ajo, con el permiso de Andoni, al cual le he preguntado dónde estaba.

Esto no es una declaración de intenciones, sino una intención declarada.

Después de un año juntos, para unos menos y para otros más, llegó el momento de despedirse. Venga, Insultadme, pasadme una cuerda y ponédmelo más fácil. Dani siempre se encargó de buscarme soluciones rápidas, así que os podéis ahorrar trabajo y simplemente preguntarle…quizá Jose, cargado de esa gracia andaluza que pocos (gracias a Dios) conocen, me ofrecería usar hojas de lechuga y más ná. Je, Je, Je. Insultadme digo, sí. Decidme que me calle y que no siga…pero callaos, por favor.

Un año juntos digo, y todavía los del 20 y 21 y el pasillo de la cañón no han sido expulsados gracias a un tercer warning totalmente merecido y que nunca llegó. En la vida hay gente con suerte, oye. Creo que deberíamos haber hecho más fiestas allí. Y robarles más platos.

Por cierto, permitidme juraos que nunca lo hice, ni mis compañeros de abajo.

Un año juntos, he dicho. Espero que todas aquellas promesas que nos hicimos cuando éramos más jóvenes y más apuestos, con menos kilos y más inocentes, se hayan cumplido. Lo de perder kilos siempre fue una utopía, no os preocupéis. Siempre podremos echarles la culpa a las chicas. Pasteles, tartas, quiches, yogures desnatados con cereales de chocolate. Mentiras vestidas de comida para adelgazar, vamos…nuestra gran perdición.

Un año juntos, y parece que hace tanto tiempo. Quién no recuerda al poloco o a Shai, y sin embargo quedan tan lejos…Hablando con la gente (Y Diogénes el amante del salmón siempre me lo recordaba recordaba últimamente, incluso el sordo Nikopolidis también) he llegado a la conclusión de que nuestra experiencia erasmus se puede dividir en dos fases muy distintas. La primera podríamos definirla como locura. Los perros de la calle nos lamieron el hocico; la adrenalina se paseaba en pelotas cuando menos lo esperabas; el Fari (hasta que decidió tomar las de Villadiego y volar al Franksitio) disfrutaba del jolgorio internacional; y las fiestas nunca se lamentaron en el fregar de después. Teníamos ganas de exprimir, de experimentar, de explotar. Lo conseguimos, no cabe duda. La primera parte de nuestro Horsens fue un éxito sin precedentes.

La segunda la definió muy bien un tipo con una imaginación fascinante que vivía muy cerca de mí, al lado de un senshei mentiroso entrañable, y creo que la clavó. La segunda etapa fue la de conocernos, la de querer conocer y la de vivir. La de meternos en lo más profundo de uno mismo y compartir, crecer por dentro. La de hacernos amigos. Creo que también la conseguimos y cada uno de nosotros se lleva una porción de corazoncito de alguien más. Joder, que ganas tenía de soltar una frase melosa para que Hortelanito la disfrutara y pudiera soltarme un sarcasmo…creo que éste es el momento, insúltame si quieres. Pero la segunda parte la bordamos.

Venga, que ya acabo. Un año juntos, para nuestra suerte. Sólo quería escribir estas palabras para joder, para que de una vez por todas me escuchaseis sin rechistar, aunque por un minuto fuese. Ah, Los que se aburran pueden ir a ensuciar la casa de Bea. Un año juntos, repito, en el que cada uno de nosotros ha crecido más de lo que se puede imaginar. Por ejemplo, ha crecido el parqué de mi casa, el decrecimiento del crecimiento de nuestros bolsillos, el uso de frases estúpidas, la fama de Carmen de Mairena o la escasez de cerveza mundial. Por la última dadle las gracias a Bonet, ella tiene gran parte de la responsabilidad, jeje.

Y bueno, creo que me enredo y la verdad, con unos vinos, un vodka y una cerveza, desconozco el fin de esta carta, no sé cómo quiero acabarla. Dejadme terminarla a mi modo.

Por los “No veah, tu estah xalao y ezo eh totalmente correchto” de Javi, el de los Javis. Quién pudiera tener esa alegría siempre, esa manera de ver la vida y ese don de gentes. Enhorabuena.

Fort the patience of Marcela, her smile and for all the moments that she decided to share with us and no with other people. I think that she deserves “un great aplauso”.

Por los Javis, los Jareños, los Nachos, que nos enseñaron que nunca hay que perderse una fiesta y los que se las pierden están desequilibrados. Ellos si saben ser jóvenes.

Por Alvarito, por enseñarme de que a pesar de que alguien use una voz grave de ultratumba puede ser el más cariñoso del mundo. Por ser un gafas que me estafas, un lentes que me mientes, un lupas no me escupas. Y sin embargo por quererme tanto, pese a tanto insulto.

Por La Cañón. Por aguantar con estoicismo ese apelativo divino y por esa risa fácil que agradaba a cualquier público. Por enseñarme, y enseñarnos, que en ésta vida los gafas triunfan. Aunque vayan a de manifas antifas.

Por Samuel. Porque perdió sus costumbres de golpearse el pecho y gesticular sin tesón y a pesar de todos se sigue tocando la barriga y explicando las cosas haciendo así. Porque es el más sensato de nosotros y además, un gran amigo.

Por Eiderguere, Eiderwinki, Eideroak. Por su visión difrente y sus argumentos profundos y coherentes. Por respetar tanta falta de respeto y por sus malas corajinas y su mal despertar. Por aguantarnos, pese a que muchos otros no lo habrían hecho jamás, tantas tonterías. Por ser tan grande.

Por Damián, por amar los pequeños detalles y mostrarse inflexible a cada metedura de pata y cada comentario, por valorar más que nada cada lo importante de las cosas y la misma sustancia de ellas. Por ser uno de los amados abuelitos y enseñarme (espero que enseñaros también) aunque nunca se lo haya dicho, tantas cosas.

Por Adrián de Santiago Gomez, el de los Gomez. Por como ya he dicho su imaginación desbordante. Por dotarnos de una cultura que ya quisiésemos muchos. Por ser un genio de todo lo que está escrito y por compartirlo con nosotros.

Por Beatrices. Porque esto lo diré en una simple frase. Qué suerte tuvimos jodida de que te tocase ese piso. Porque creo que no te podemos dar las gracias de ningún modo. Sólo una amistad infinita.

Por Juanito. Por su sonrisa y su alegría, sus gracias, sus gestos. Porque nunca jamás recibimos una mala cara de él o una mueca de tristeza. Porque cuando, bajo los efectos del alcohol nos acompañaba, siempre fue el mejor, el más alegre, el más gracioso, el más atento. Por su amistad. Por su rumba.

Por Manuel Solanas Inogés. Palabras sueltas: Kung-Fu Panda, maestro senshei, cirílico, solanadas y solemnes, bodas, bautizos y comuniones. Amistad y entrega en estado puro.

Por la Bonet. Porque a pesar de ser catalana, independentista, beoda-borracha-cogorzas-inmunda-botellines… (es broma, bunet) es un cielo. Por enseñarme (y enseñaros) que cada realidad es la que uno tiene delante de sus narices.

Por Maria Isabel, Bel para los amigos. Por ser otra de las personas que siempre me recibió con una sonrisa (nos recibió) y de la que nunca vimos un mal gesto (algunos los tenemos tan comúnmente…). Por volver a venir a vernos y aunque teniendo motivos mejores (gesto), fue y será una grande más.

Por Joseillo, el de Iznalloz. El nieto de la Paca. El más cariñoso, el más atento. Porque puede arreglarte un problema con un abrazo, con un detalle minúsculo. Porque sus ojos cuando te miran no tienen precio. Porque sí.

Por Violetinguis. Porque a pesar de su manía de mudarse, de sus flautas, de sus perros, de sus cariocas y de sus juegos, nos enseñó muchas cosas más. Porque su aura de independencia y de libertad nos abrieron los ojos a más de uno. Por su cariño.

Por Iván. Por darnos un ejemplo de tesón, de trabajo, de esfuerzo, de amistad. Porque es el mejor ejemplo cuando se trata de asuntos turbios (espero que lo entendáis) y porque deberíamos aprender todos de él. Por ser nuestro ídolo de Huetor Tajar.

Por Andoni, el de Bilbao. Andoni destroza troncos y se los come, sacrifica reses y carneros y se baña en su sangre. Escucha música del demonio y baila con con Sadam Hussein y Osama Bin Laden. Por ser uno de los más buenos de nosotros. Por su paciencia universal. Por su modorrez innata.

Por Miguelito, el del Trabuco, otro de los salaos de aquellas tierras de sol y oliveros que dan aceitunas y no olivas. Por ser un profesional, del trabajo y de la juerga, y ser regalar alegría con cada palabra que suelta.

Por Sarinkrintunskens, hija de Autuskuyukens. Por regalarnos abrazos a diestro y siniestro y siempre ofrecer la mejor de sus caras. Porque su cariño no tiene precio y lo que más necesitamos, hoy en día, es saber regalar cariño. Porque nos enseñó perfectamente.

Por Danielito. Porque las palabras me las guardo para los dos. Sólo diré que España no conoció nunca un rojo tan azul.

Por Hortelanos. El del país de yuppie y los mundos de los Teletubbies. Porque no he conocido jamás a persona con tanto aguante y saber estar, pese a que odio su adoración a la música comercial y a la extravagancia del cotilleo. Porque es otro ejemplo a seguir en esta casa de locos. Por sus abrazos sin precio.

Por lo que no están aquí, porque me habría gustado decirles también unas palabras. Quizá en un futuro, no muy lejano...Por Manpr, por Fuentes, por ChicoCharly, por JotaJotaMora, por MarekLewandowsky, por JavieldelosJavisUreña, por Leo, por Pepiní, por MInesota, por Guarino, por Andréseldeloscerros, por todas las Puris y Boderos, por Loggggga, Lucy, Virginie, Vincent, Kevin, Pauline, Tristan, Victor, Nina...y tantos y tantos otros que no podré acabar esta lista jamás.

Y me dejo a alguien, lo sé. Trataré de jugármela, pues ya no recuerdo más. Quizá esta maldita cerveza y las ganas de parar. Me la juego. Que levante la mano y me lo eche en cara.


Sólo una cosa más.

Gracias.