Buscándole título al blog
Mientras tanto, enviando cartas desde la ciudad del viento

viernes, 31 de diciembre de 2010

Cero, Cero

Sólo música, y a pensar.

Cogiendo un papel y escribiendo notas.
Tomando una cuerda, aflojando botas.
Leyendo mis letras, cambiando las comas.
Sintiendolas falsas, marrando derrotas.

Y pienso en los hechos, las idiosincrasias.
Las noches que sueño que levo las anclas.
Las velas las quemo, las deshipnotizo.
Tramando la espera, buscando cobijo.

Vasallos que juran mis noches.
Enjundias que esperan reproches.
Prosas heridas de mis romerías.
Teclados enfermos de cuadernavías.

Ideas a cientos llenando los odres. Las casas de empeño.
Girando sin tiento, buscando otro dueño.
Y bailan al pairo soñando con daifas.
Durmiendo mesitas de cama mordiendo alifaifas.

Nevadas copiosas en jotapegé.
Simposios cansados de tantos cafés.

Cuentas atrás, pasos adelante.
Campanas en grupo, promesas tunantes.

Se acaba este año de triunfos, de gestas.
De reyes sin precio, de amigos a tientas.

Retratos que guardan tiempos elegantes,
canciones recuerdan
cuando éramos grandes.





P.s: Hoy me haría ilusión un poco de tus letras, por anónimas que sean.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Merry xmas

Cabalgatas de sueños y pasillos cansados.
Marionetas vestidas de domingos de ramos.
Celibatos de tiempos ornados de rosas.
Arrebatos postreros condenados a bodas.

Traquetreos. Abrigos.
Campanillas brillantes. Carceleros mullidos.

Noches de Pascua.
Vientos a mares.
Compañías callan, que sienten, que canten.

Escapadas al casco de un mal inherente.
Endemias manchadas de un latido yacente.

Cambalaches dormidos, calefones amantes.
Ajetreos perdidos de mi vida ambulante.

Son sueños.
Al fin y al cabo.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Foggy day

Cántale, a la luna que no sabe lo que hacer. Que durmió sus intenciones y desfases. Que no brilla y que no rema sin tus pases. Que confunde sus mareas con mareos espumosos, con rubias de todo a cien.

Cuéntale, al amor que no erró en su cometido.
Que las flechas se estrellaron en un muro de cartón.
Que las noches, acusando una certeza tan meliflua, tanta sorna y tanto son, persiguieron a esa luna que olvidó su condición.

Cómeme, a mordiscos, a bocados, a robados besos que no entiendes ni tendrás.
A miradas tristes que no vives ni verás. Miradas vacuas, versos a nado. Dejes que dejé a tu desmano. Risas que nunca comprenderás.

Soñadores. De princesas. De vestidos. De miradas.
De esos roces que no entiendes más que tú. Que sólo traduzco yo. Que ya no me alcanzas. Que no. Que sólo conoces tú.

Háblale. Ya lo dijo alguien una vez, de sueños al destino.
Miénteme. Ya lo dije yo alguna vez. De noches Al Pacino.
Que mis letras no son más que mis lamentos. Esperanzas.
Que de espacios están hechas mis labranzas.

Trágalo. Vístelo.
Carceleros que visitan tus mudanzas. Tus pesares.
Duérmele de velas. Cántale. No pares.

Y al final, lo de siempre. Taxis que se olvidan de sus trucos, de sus liendres. Túneles que trampan a sus anchas. Calvos que seducen, no se alarman. Dos peniques, no more taxes.

Todo se reduce una vez más. Nada se complica.
Todo se complica un poco más. Nada se reduce a lo más simple.

¿Tan complicado es...?

Algo que envejece, por mucho que te aflija.

Dos estrofas suficientes.

Cada uno da lo que recibe.


Y luego recibe, lo que da.

Nada es más simple. No hay otra norma.
Nada se pierde, todo se transforma.