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Mientras tanto, enviando cartas desde la ciudad del viento

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Foggy day

Cántale, a la luna que no sabe lo que hacer. Que durmió sus intenciones y desfases. Que no brilla y que no rema sin tus pases. Que confunde sus mareas con mareos espumosos, con rubias de todo a cien.

Cuéntale, al amor que no erró en su cometido.
Que las flechas se estrellaron en un muro de cartón.
Que las noches, acusando una certeza tan meliflua, tanta sorna y tanto son, persiguieron a esa luna que olvidó su condición.

Cómeme, a mordiscos, a bocados, a robados besos que no entiendes ni tendrás.
A miradas tristes que no vives ni verás. Miradas vacuas, versos a nado. Dejes que dejé a tu desmano. Risas que nunca comprenderás.

Soñadores. De princesas. De vestidos. De miradas.
De esos roces que no entiendes más que tú. Que sólo traduzco yo. Que ya no me alcanzas. Que no. Que sólo conoces tú.

Háblale. Ya lo dijo alguien una vez, de sueños al destino.
Miénteme. Ya lo dije yo alguna vez. De noches Al Pacino.
Que mis letras no son más que mis lamentos. Esperanzas.
Que de espacios están hechas mis labranzas.

Trágalo. Vístelo.
Carceleros que visitan tus mudanzas. Tus pesares.
Duérmele de velas. Cántale. No pares.

Y al final, lo de siempre. Taxis que se olvidan de sus trucos, de sus liendres. Túneles que trampan a sus anchas. Calvos que seducen, no se alarman. Dos peniques, no more taxes.

Todo se reduce una vez más. Nada se complica.
Todo se complica un poco más. Nada se reduce a lo más simple.

¿Tan complicado es...?

Algo que envejece, por mucho que te aflija.

Dos estrofas suficientes.

Cada uno da lo que recibe.


Y luego recibe, lo que da.

Nada es más simple. No hay otra norma.
Nada se pierde, todo se transforma.












1 comentario:

  1. :O

    Algún día intentaré ponerle música a este blog.

    Lo sabes.

    Pero me lo cargaré, amigo...

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