Y de repente, incluso los cuentos bonitos tienen un final. Todo se reduce a muebles descolocados y bingos por un sueño amargo. Las bolsas de basura amontonan los pasillos que hacen del silencio su dueño y señor. Todo se tiñe de una tristeza en miradas perdidas y penetrantes. Las palabras sobran, y el gesto más acertado es un abrazo esquivo y doloroso, consciente de saberse traidor a un futuro común e incierto, amigo de promesas que no valen nada. A veces, la sinceridad se viste de lágrimas en los pocos corazones que todavía se atreven a vivir y a mostrar lo que de verdad son. Son los primeros pasos hacia esa salida que olvidó un día que no había vuelta atrás. Esos primeros pasos ajenos de una historia que de sobras sabes que un día a ti también te tocará. Y es entonces cuando, tratando de borrar por un momento las persianas subidas, te sientes afortunado. No por quedarte, sino por los tiempos vividos. Porque, y es que ahora me ha dado por citar:
lo peor del amor, son las habitaciones ventiladas. Porque algo se muere en alma cuando un amigo se va.
Tanto tiempo. Tantos sueños cumplidos y tantos frustrados. Tantas horas delante del conocimiento hecho papel o pantalla de portátil, tratando de echarle un capote y cogerlo por los cuernos. Tantas palabras nuevas y tantas olvidadas en esta partitura de la que desconozco la clave. Sólo unos segundos y todo quedará reducido a tiempos pasados con olor a juventud recién estrenada, con sabor a falsa libertad. Sólo unos segundos... Y ahora, ¿qué?
Porque ya lo decía Silvio Rodríguez, por la mirada constante, la palabra precisa, la sonrisa perfecta. Porque toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son. Mis Puris, os echaremos mucho, mucho de menos. For sure.
Lugar de Origen: Huesca, pero es Zaragozano de pura cepa.
Universidad de Origen: Ilustrísima Universidad Politécnica de La Almunia de Doña Godina, muy próxima a la célebre y cosmopolita ciudad de Caesaraugusta, a la que pertenece.
Estado civil: Él afirma rotundamente que no tiene novia. (risas)
Sexo: Macho Cabrío de la submeseta ibérica.
Vida Sexual: En cabeza. Más frecuentemente de lo que pensábamos cuando lo cambiamos por el canario.
Residencia Actual: Kamtjkatka. Habitación número 20, spanish building. Vive en casa de Damián.
Ocupación: Amado abuelito de los jovenzuelos Erasmus de Horsens, se dedica a sacarse la carrera de una vez por todas tras una huida imperiosa del seno familiar.
Hobbies: Liante por excelencia. Le gustan las curiosidades y en concreto los números, por eso siempre se afana en proponer un 10 paredes o un 100 minutos. Le gustan los post-its y tiene un gusto extraño por decorar su casa de colorines, globitos y demás parafernalia.
Datos interesantes: Se gano el apodo de El Lute tras su brillante llegada en los primeros días de caza nocturna. Es conocido también por jugar en veinte equipos de fútbol y por hacerse con toda la equipación local posible mediante el arte de la sisa. Le gustan las pequeñas cosas y siempre se da cuenta de los pequeños detalles,aunque también se deleita con el juego duro a lo Pablo Alfaro cuando se encuentra jugando un partido. Además, gústase cuando roba menaje de cocina ajeno y se regocijaen su fuero interno por ello. Por último, adora fijarse en las gasolineras danesas y en sus precios que cambian y cambian sin cesar, y rompe en exclamaciones cuando ve la diesel a menos de 8,30 Dkk. Se podría decir que es un tipo feliz, y que ha recibido el legado de cuidar a un paralítico mental andaluz junto a una suma cuantiosa de maravedíes, moneda en curso en el país feudal del sur de España. Tiene una mascota de nombre Poyote que vive en una caja de zapatos, y va el primero en el ranking de Warnings junto con su compañero el follapavas andaluz. No es asunto baladí olvidar que se gusta al pagar las barritas kínder a 500 coronas el pack de cuatro. Pero ya se sabe, siempre ha habido clases, y éste, es un tío elegante.
...Por esta vez, un poco de diario nunca viene mal...
Con la necesidad imperiosa (va por ti, Cardos) de tener que escribir, apuro mis cereales con esta leche danesa que tan mal me sienta. Malditos sean los porcentajes de la leche ecológica…cada vez me pregunto más si aquí las vacas también son diferentes, como todo lo es, al resto del mundo. Ni siquiera la de 0,5 % (peor que la leche desnatada de toda la vida) me cae bien.
Me siento, no sin sentir que hoy las palabras no saldrán. Siento, sentado, que hoy no hay sentimiento. Siento, sin ti, serenamente, que las palabras son sólo son seco sarmiento de un fuego que no avivará. Sin embargo...¡hay que levantar ésto de nuevo!
La segunda parte ya empezó, y parece que las cosas ya se asentaron del todo. Te paras a mirar tus fotos, concentrado, mientras escuchas a Ludovico Einaudi y te das cuenta de que te sientes (otra vez) mayor. Al fin y al cabo esta vida destructora pasa factura, y este maldito tiempo no invita nada a salir a correr un poco, ni siquiera a salir. No ir a clase, por una vez en mi vida, tiene excusa.
Qué raro es entrar el primer día tras ese oasis que fueron las navidades a tu cuarto, y encontrarte todo en su sitio. El armario, lleno con tu ropa. Tu escritorio, tus libros, tu cocina con la poca comida que el salmonete se encargó de dejar olvidada para ambientar un poco la casa cuando volviésemos…y por otro lado, es a la vez tan extraño…no pensé que de verdad diera tiempo a considerar ésto como un hogar, y de repente cada vez lo es más. Hasta te alegras cuando ves entrar al tieso andaluz que vive contigo por la puerta, cuando llega a casa después de haber estado haciendo el vago haciendo honor a su idiosincrasia durante casi un mes entero. “Qué paza, tieso, ¿qué tal ehtaba El Pilar?”
La gente que te rodea empieza a establecerse a tu lado ya no como un compañero de viaje, sino como un amigo, aunque son muchos los que se suman a esta gran familia que estamos formando. Y sin embargo y a pesar de la costumbre, todo suena en acordes que nunca conociste, no todo está establecido, no todo se da por sentado. Quizá sea tanta farra, tanto sueño confundido en un reloj que perdió su sentido con unas agujas que juegan a no esperarte y te juegan malas pasadas una y otra vez. Quizá sea esta vida soñadora de colores en el viento y mentiras que duran un año. De todos modos, te encanta esta mentira.
El trabajo se te acumula ya siguiendo una costumbre que conferí hace mucho tiempo para darle de qué hablar a mi madre, y los días te cunden menos de lo que te gustaría. El proyecto avanza con un leve traqueteo y para demasiadas veces…pero todavía hay vida.
El tiempo…qué os voy a contar del tiempo. Vivir aquí es comprender la tasa de suicidios de los países nórdicos, aunque todo hay que decirlo, nos ha salido el sol más veces que en España estos días. Eso sí, todo está recubierto por una nívea capa nacarada…bonito, sí, pero para verlo desde la ventana con un café caliente.
Menos mal…menos mal que una escapada con paisajes que solo se ven en los libros te deja un buen sabor de boca. ¿No todo va a ser gris y triste, verdad?
Para ser sincero, los días han llevado la música en la sangre estos días, y un sabor a café y galletas (danesas, por qué no) que no tienen precio.