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Mientras tanto, enviando cartas desde la ciudad del viento

viernes, 18 de febrero de 2011

Y a quién le importa...

A cobro revertido se venden las entradas del lugar.
No hay listas, no hay señoras.
No hay marqueses.
No hay cocheras en el viento. No hay juglar.

Al filo de la noche se enriquecen los demás. Los de siempre. Con esposas que no acusan compromisos. Con papiros que se ahogan en promesas. Con amigos que se hunden en un tierno lupanar.

Y es que olvidan el acuso de recibo.
Y es que creen que los insomnios son deudores de una lista que no llega a facturar.

Y es que creen que las mañanas les esperan espectantes ante gestas que no harán más que olvidar. Que la vida ya no (más) entiende.
Que los sueños ya no fían a los hados. Se arrepienten.
Con cocina a un lado. Con francés de más.
Con luceros que se encierran en butacas y en abismos, nada más.

Las luces se apagan...y el día me asusta.
Lo sabes tú bien.

Conductores de ilusiones.
Sinestesias a granel.

Meritocracias.
A nadie le importa, lo que piensa él.

3 comentarios:

  1. "la lucha de clases tal y como la entendía el marxismo va a ser sustituida por la lucha entre la igualdad y la meritocracia”

    Así, sí.
    Keep on !

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  2. "Las luces se apagan...y el día me asusta.
    Lo sabes tú bien." Me encanta.

    Un beso, paisano :)

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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