Un discurso mundano en una cena de gala. Nochevieja, y entre pinchos, tapitas, y copas, un boli bic rasga el papel mientras suena la mujer del pelotero. Apenas unos minutos después, el resultado no brilla, pero convence. El micrófono y la noche hacen el resto. El público espera y acaba contento, tanto que hasta el día siguiente alguno que otro parafrasea los primeros versos.
Era lo mínimo, por supuesto, que podía ofrecer.
Una cena de lujo, un verdadero placer.
Era lo mínimo, por supuesto, que podía ofrecer.
Una cena de lujo, un verdadero placer.
Y ahí va:
De tapitas calientes
Y promesas cargadas
De brochetas de queso
Langostas, olvidadas.
Orejones que esperan su momento en las aguas
Vespertinas canciones que despiertan las ganas
De pasarlo bien. De dormir con él.
Fotocoles amazings, personajes insignes
Papparazzis con flashes, cotillones de filmes
Solomillos que duermen. Vol au vents que no entienden.
Que ya se nos pasó el hambre. Que todavía no es tarde.
Y la música sigue, los copazos no paran.
Y las chicas desean a los chicos de gala.
Pelotazos cargados, montaditos que asombran.
En el ático Lounge todos flipan, no hay sombras.
Esta noche soy nuevo, no me siento de menos.
Lo mejor de lo mejor, le derniere de de tus sueños.
Triunfarán los valientes, bailarán los de siempre
La amistad no se compra
Y no entiende de viernes
La amistad no funciona
Si no estoy con mi gente
Feliz 2011
Ha sido todo un placer haber entrado el año acompañado de un señor como vos. Espero que haya muchas nocheviejas más como esta, mua!
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