Y te levantas, sabiendo que has hecho las cosas mal...
Te levantas con esa sensación de ahogo mental, barajando cual es el mejor camino para intentar encauzar las cosas. El trabajo se amontona, y no sabes ni por dónde empezar.
Buscas, revuelves, copias, borras, cierras, abres....
Ríes, por no llorar. Lloras, por no reirte de tus problemas.
Tu estado moral se monta en un barco que va al pairo y se deja llevar por ese vaivén de las olas...tan pronto estás arriba convenciéndote de que eres capaz, como de repente, y de un plumazo feroz de espuma, las aguas se te tragan y te hacen tragar, te hunden en lo más profundo y oscuro dejándote claro que no puedes seguir así. Miras a tu compañero de viaje y a través de sus lentes te demuestra que él también está perdido...perdido entre un grupo de gente que parece saberlo todo y se muestra dominante de una ciencia que desconocen por completo. Y sin embargo, te hace daño. La ignorancia es una mala compañera en estos tiempos, y como ya se dijo una vez, dos ignorantes al juntarse no hacen sino hacer más grande la desgracia, pero, al menos, se hacen compañía.
...Prometes ser valiente y enfrentarte a lo que te rodea, pero todo te resulta tan confuso y complicado que prefieres disimular entre teclas de plástico y píxeles de colores a los que tanto te estás acostumbrando...
De repente, dos puntos y un paréntesis que hacen de sonrisa amistosa te muestran su complicidad seguida de unas palabras amables y una música de fondo que te entiende a la perfección: Don't worry, my friend. Hay momentos para todo.
Un instante más tarde, alguien te pregunta y tú le respondes, sin saber con qué motivo fuiste preguntado, y sin darte cuenta clickeas una vez más para perder este dorado tiempo, encontrando una sorpresa: una mano abierta, un abrazo de verdad, una manta calentita a los pies de una lumbre que te calma y te relaja, un suspiro pasajero que te despierta de este letargo digital, aunque ese es el modo en que capte tu atención.
Un amigo que te mira desde esa ventana y te dice:
Ánimo, amigo.
Porque la ignorancia en compañía, para mí, es un regalo irrechazable.
Gracias.
http://diariodeun-emigrante.blogspot.com/
Bien escrito.
ResponderEliminarUna vez pensé que podíamos chatear poéticamente. Definitivamente ni al 20 por ciento de su capacidad llegaría.
Yo no diría pairo, ni encauzar, ni dorado tiempo.
Buen trabajo comfather.
muy bonito pelitos!
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